Este fármaco fue diseñado para tratar la depresión, pero actualmente se usa más para el TDAH. La Atomoxetina es un fármaco no estimulante que actúa inhibiendo la recaptación en el terminal neuronal presináptico (esto es, el que emite el neurotransmisor) de noradrenalina, de tal forma que ésta queda en mayor cantidad y tiempo disponible para ejercer su efecto sobre el receptor situado en la neurona postsinática.
Presenta una eficacia consistente frente a placebo en los ensayos clínicos. Las tasas de respuesta y remisión sintomática parecen ser ligeramente inferiores a las del tratamiento con estimulantes, pero tiene ciertas cualidades que la convierten en un fármaco interesante en niños con ansiedad y con tics y en aquellos pacientes que no responden adecuadamente a los estimulantes, entre otras indicaciones.
Hasta un 40% de los pacientes que no responden de forma adecuada a los estimulantes, pueden responder a la atomoxetina.
La Atomoxetina es un fármaco relativamente joven pero ya se ha convertido en el segundo medicamento más utilizado para tratar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en los niños. Se trata de un fármaco no estimulante que inhibe la recaptación de noradrenalina en el cerebro ayudando a reducir los síntomas más severos de este trastorno.
De hecho, en algunos casos los psiquiatras incluso lo recomiendan como medicamento de elección por encima del metilfenidato, lo cual se debe a que la atomoxetina ha demostrado su eficacia en el tratamiento de los niños que padecen TDAH asociado a cuadros de ansiedad. Además, también es una buena alternativa cuando se sospecha que puede haber abuso de sustancias pues no encierra riesgo de adicción.
La Atomoxetina también es recomendada para los niños con TDAH y tics pues se ha podido apreciar que, al contrario del metilfenidato, reduce esos movimientos involuntarios. Sin embargo, estos no son los únicos beneficios de la atomoxetina, hay muchos más.
Los hallazgos científicos más recientes no solo sugieren que el uso de la Atomoxetina es eficaz para aminorar los síntomas del TDAH sino que también es un medicamento bastante seguro. Los experimentos realizados con este fármaco han encontrado una disminución de los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad con tan solo 8 semanas de tratamiento. Sin embargo, lo más interesante es que estos beneficios se mantienen prácticamente a lo largo de todo el día, recurriendo a una dosis única de Atomoxetina.
Asimismo, se ha evidenciado que los niños con TDAH que están bajo tratamiento con atomoxetina logran desenvolverse mejor en los entornos sociales y tienen una mejor calidad de vida, en comparación con aquellos que no toman este medicamento. Un estudio realizado en Europa, Australia, Sudáfrica e Israel encontró que el 56,7% de los niños con TDAH que usaban atomoxetina manifestaban una reducción significativa de la gravedad de los síntomas y una mejora sustancial en su desempeño social.
La Atomoxetina es un medicamento y, como tal, también produce algunos efectos adversos, aunque por lo general estos son leves y suelen desaparecer a medida que el organismo se acostumbra al tratamiento. No obstante, los problemas más comunes asociados a su uso son las alteraciones digestivas como por ejemplo: náuseas, dolor abdominal, pérdida de peso, hiporexia y epigastralgia. También es común que los niños que toman atomoxetina tengan somnolencia, dispepsia, mareos, cefaleas y fatigas.
Aunque se trata de un efecto adverso menos frecuente, también se ha apreciado un retraso en el crecimiento infantil. Este problema se debe al efecto de la Atomoxetina en el metabolismo del niño pero suele ser reversible después de los 18 meses de tratamiento. Aún así, los expertos recomiendan mantener bajo observación la talla y la altura de los niños que siguen este tratamiento, en aras de disminuir la dosis si fuera necesario.
Otro de los efectos secundarios de este fármaco puede ser la irritabilidad. De hecho, las evidencias científicas afirman que alrededor del 8% de los niños con TDAH que se someten a este tratamiento suelen manifestar irritabilidad y, en menor medida, cambios de humor y agresividad.
De forma ocasional, también se han reportado otras complicaciones de tipo alérgico, como rash cutáneo, edema angioneurótico y urticaria; así como casos aislados de hepatotoxicidad. En los adolescentes se ha apreciado un incremento de los episodios depresivos e incluso la aparición de ideas suicidas.
Sin embargo, se debe aclarar que la mayoría de los niños reacciona muy bien a la Atomoxetina y que los casos de efectos adversos son raros. Aún así, se recomienda mantener al niño bajo observación y referir cualquier cambio en su estado de salud al psiquiatra, este valorará si es necesario reducir la dosis o recurrir a otro medicamento.
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